Es difícil resumir seis años en este instituto en un pequeño texto ya que la cantidad de momentos y recuerdos es incalculable. La ilusión del primer día en la presentación por saber qué clase te había tocado y, sobre todo, qué profesores, las ganas del día de Santo Tomás para ver el baile que habían preparado los profesores y quiénes iban a recibir la banda de Don y Doña…, el chocolate el día que nos daban las vacaciones de Navidad, el viaje de fin de curso, las ganas de llegar a tercero para poder salir a la calle en la hora del recreo y sentirte un poquito mayor, la incertidumbre antes de entregar la matrícula de Bachillerato con tus optativas, los nervios los minutos previos a un examen que aumentaban si los hacíamos en el aula de exámenes, encontrarte a un profesor que te hubiese dado clase en cursos pasados y te salude por el pasillo, la cercanía de los profesores…
Porque el D’Elhuyar es eso, una especie de familia, un lugar
en el que no solo aprendes, sino que además creas recuerdos y anécdotas con
amigos que son para toda la vida y con profesores que seguro recordarás durante
toda tu vida.
Porque el D’Elhuyar forma parte de todos los que hemos
estudiado ahí y a la vez está formado por todos nosotros.
Feliz 50 aniversario, ojalá sean otros 50 más.
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