Era el año 2006.
Mi paso por este instituto D’ElHuyar, estuvo lleno de gratos momentos.Me quedó un recuerdo precioso.
Emplearé el masculino como género que abarque a ambos sexos.
A nivel de compañeros todos estábamos muy unidos; todos mirábamos el bien común lo mismo de compañeros que de alumnos. Se buscaba siempre lo mejor, con cariño, y también las mejores opciones ante las dificultades y problemas para que todo tuviese siempre una salida buena y airosa con sencillez y soltura. Trabajar junto a ellos me llenaba de energías e ilusión.
El jefe de estudios Miguel Ángel Pérez, el director Luis Sáenz Morata, la "maestra-conserje" eficiente Carmen Montero, que siempre llevaba en su rostro una amable sonrisa.Todos, del primero hasta el último: profesores de Literatura, Historia, Idiomas, Matemáticas, Música con Silvana, los orientadores Fermín y Alma, “tan buenos guías a nivel humano y educativo”, Ciencias, Física y Química: “Tanis”, E. Fisica, Secretarias, profesores de Griego, Latín, Cultura Clásica, Historia y Geografía, Diversificación, PT, Filosofía, Dibujo, Ética , E. Física, Matemáticas, Religión, personal de limpieza y mantenimiento… y otros que ya no nombro pero a los que llevo por supuesto en mi corazón.
Todos ellos son: poetas, escritores, soñadores, artistas, trabajadores creativos y buenos profes y compañeros…
De mis alumnas y de mis compañeras, de Garantía Social también guardo bonitos recuerdos y mucho cariño hacia ellas. Espero que la vida les haya dado lo mejor. Con alguna me he encontrado y así ha sido, de otras no sé nada.
En ese año se inauguró la biblioteca y qué buenos recuerdos!!!
También quiero agradecer con reconocimiento, a los miembros de Inspección y Educación que por allí aparecían: siempre amables, y dispuestos a ayudar, compartiendo su simpatía, ayuda y buen hacer.
Ya no era el lugar de las paredes de este instituto, sino que a nivel humano conocí grandes personas llenas de valores, de ánimo y energía. El ambiente estaba impregnado de aprecio, ayuda, alegría e interés de unos por otros. Formábamos en aquel tiempo como un núcleo amistoso.
Además una vez habías estado allí, ya tenías raíces y siempre serías de allí aunque no estuvieras: en celebraciones, si querías en otras actividades… Tú, ya eras de allí, pertenecías a la familia d’Elhuyar y siempre si tú querías, te tenían presente.
Siempre llevaré en mi alma ese recuerdo y experiencias con mucho cariño.
M Teresa Mendaza Lázaro.
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